Amistad

Mi primer contacto con una persona ajena ha sido el día que nací, las manos de la comadrona fueron las primeras que me pusieron encima. Nunca a pesar del momento tan transcendental en mi vida, me he relacionado con ella, ni tampoco he tenido amistad alguna. Años más tarde, con 5 años empecé en las escuela nacional José María Cabañas de Torres, mi primer profesor se llamaba D. Severiano, estuve unos 2 años con él, nuestra relación era muy cordial, a pesar de la edad, el en jubilación y yo 5 años recién cumplidos. Con la influencia de la edad, me quedaba dormido en clase y el lejos de reñirme, me dejaba unos minutos y ahí de aquel que se le ocurriese despertarme, lo ponía fino; tampoco fue mi amigo, a pesar de tan estrecha relación.
Seguido a la jubilación de D. Severiano, llegó a clase D. Eduardo Sainz Leñero, un maestro hoy profesor, que como el anterior se dedicaba a dar clases a los niños, las niñas estaban en otra aula al lado, con D. Eduardo empecé a los 6 años y con el termine la EGB a los 14, mucho y duras años de estudios y más, a las horas de clase interminables, había que sumarle alguna más que a modo de particular recibía en la misma escuela, pero fuera del horario escolar. Al finalizar mis estudios me puse a trabajar, con 14 años entre en una cocina de pinche, para aprender una profesión, que hoy décadas más tarde sigo ejerciendo, D. Eduardo siguió unos años más de maestro en Torres, hasta su jubilación, a pesar de ello, cada vez que yo podía me pasaba por su casa de Julian Ceballos, para saludarlo, incluso más tarde organizó algún partido de futbol amistoso en Requejada, al cual íbamos los chicos de Torres entusiasmados , he de decir que D. Eduardo si lo tenía como un amigo. Un personaje paralelo al maestro, fue D. Ignacio, cura párroco de Torres y Reocín, con el que desde los inicios en la escuela hasta el final, cada vez que entraba en clase todos en pie, como la más estricta dictadura. A pesar de las muchísimas horas de misa, rosarios y demás creencias, desde la iglesia de Torres hasta la ermita del Milagro; desde la Cuaresma a semana Santa o Navidad e incluso las misas de los domingos y fiesta de guardar. A pesar que los chavales de La Turbera éramos fijos en las misas, catequesis, monaguillerías y rosarios, así como demás encuentros, incluso a algunos nos premió con una hucha de caja Cantabria de la época con 25 pesetas, nuestra relación no fue más allá de clero-pueblo, por mucho que no entregábamos no logramos que pusiese algo de su parte, en las misas de los entierros de mis padres, estando de cuerpo presente, ofició de cura acompañante, aquí tampoco demostró que la relación fue educada, pero nunca fue mi amigo. No demasiado lejos, de la escuela o la iglesia, apenas 200-300 metros, estaba lóna tienda de Minada, una pequeña tienda de comestibles y bar, donde al aceite lo vendían por litros, midiéndolo con medidor de manivela, Minada y su marido Baldomero, mantuvieron conmigo una relación muy estrecha y cordial, a pesar de ser el hijo de la asistenta, ya que mi madre Carmen, trabajaba para ellos en casa y en la tienda, al pasar los años seguía teniendo con Mero y Minada una relación muy cordial, siempre que tenía ocasión pasaba por Torres a saludarlos, así hasta su fallecimiento, esta sí que fue un gran amistad. Debido a mi profesión de cocinero, he tenido y tengo relación con cantidad de personas vinculadas a mi oficio, he colocado a cantidad de profesionales y no tanto en no pocas cocinas, con muchos cocineros grandes profesionales y otros neófitos he compartido secretos de la profesión que sin ningún sonrojo se han aprovechado de ello _no me arrepiento-, en la actualidad a pesar de todo sigo compartiendo mi profesión con “amigos” en las redes sociales, aquí sin tener esa relación personal de la cercanía, la vista o las palabras, pero al igual que en las redes que en la vida física, con la mayoría no me une la más mínima amistad. ENSALADA CESAR Ingredientes: • Base de lechuga normal o mix • 2 c/s de dados de tomate pelado • 12 costrones de pan frito • ½ pechuga de pollo frita en dados • Un poco de queso rallado o una loncha cortada en tiras • Vinagreta de miel Elaboración: 1. En la base del plato ponemos un volcán de lechuga cortada en juliana grande. 2. Encima le ponemos los dados de tomate, los costrones de pan frito, los dados de pollo y terminamos con el queso en tiras o rallado. 3. Aderezamos con la vinagreta de miel. Vinagreta de miel: En un vol ponemos la miel, vinagre normal o de Jerez, el aceite de oliva y una cucharada de mostaza antigua o de Dijon, mezclamos bien y ponemos en un biberón, aliñamos la ensalada al pase. Desde Rozalén: el Gastronómada Publicado en la revista Cantárida de Cabezón de la Sal

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